La comida del restaurante es espectacular, especialmente el cocido lebaniego. Las montañas vistas desde la ventana son increíbles.

me sentí realmente como en casa, no he tenido ningún inconveniente

Es un acogedor hostal con un ambiente familiar, habitaciones con toallas de calidad y un personal muy atento, y además ofrecen recomendaciones sobre actividades en la zona.

definitivamente volvería a alojarme aquí

Las camas son super cómodas, con colchones de calidad que te hacen descansar a tope. El baño es nuevo y con buenas instalaciones. me encantó que puedes cenar ahí, con platos ricos como el cocido libanés y la tarta de queso, todo a buen precio. El personal es muy atento, te hacen sentir como en casa.

Tuvimos una estancia genial, especialmente disfrutamos de la cocina casera y del trato cercano del personal. ¡Sin duda volvería!

Habitaciones limpias y personal muy atento.

Camas increíblemente cómodas y nuevas.

Una experiencia memorable en Espinama

Despertar cada mañana con el aroma del café recién hecho y la calidez del personal fue maravilloso. La comida del restaurante, utilizando productos locales, fue un deleite absoluto, sobre todo el guiso de ciervo.

El único inconveniente que tuvimos fue el ruido por las noches. las paredes son un poco delgadas y se oye a las otras habitaciones. debería haber un aviso claro sobre los horarios de cierre del hostal, ya que nos costó un poco regresar esa noche.

Sin desayuno incluido, habitaciones amplias y una cocina excepcional.

limpieza impecable, comida deliciosa, sin desayuno.

El hostal es encantador, con vistas impresionantes y cómodas camas. A mis hijos les encantó jugar en el parque infantil. La comida es excepcional, especialmente el desayuno bufet con productos locales. La atención del personal fue inmejorable, haciéndonos sentir como en casa.

Mi mujer dice que sería genial tener más opciones de entretenimiento para niños.

La habitación era amplia y moderna, con una impresionante vista de las montañas. El acceso cercano al teleférico es perfecto para los amantes de la naturaleza. Además, el personal fue súper amable! !

El desayuno buffet resultó algo caro para lo que ofrecían. Una revisión del secador de pelo podría ser útil.

El Hostal Remoña es como un refugio acogedor en las montañas, la habitación tenía más espacio que mi sala de estar, con un balcón que ofrecía una vista que haría llorar a un maestro paisajista de felicidad. La calefacción funcionó mejor que mi calentador de agua a las 6 de la mañana en invierno.

Acceso algo complicado

Nuestra estancia en el Hostal Remoña fue realmente agradable. Las habitaciones son amplias y muy limpias, y nos encantó la decoración que le da un toque acogedor al lugar. La atención del personal, excepcional en todo momento, realmente hizo la diferencia. Además, cenamos en su restaurante y la comida estuvo deliciosa. el cocido lebaniego y la tarta de queso nos dejaron un buen sabor de boca. La vista desde la habitación era espectacular, ¡muy recomendable para quienes disfrutan de la naturaleza!

El único problema fue el aparcamiento, algo complicado en la zona. el hecho de que al regresar por la noche tuvimos que lidiar con que las puertas del hostal estaban cerradas, lo que complicó un poco nuestra entrada.

La habitación era amplia y cómoda, con un baño bien equipado y un balcón que ofrecía vistas impresionantes. El ambiente es muy tranquilo, perfecto para desconectar. El servicio del personal fue muy amable en todo momento, destacando en el restaurante donde disfrutamos de una cena inolvidable. Aunque el estacionamiento puede ser complicado, la calidad de la comida y la atención recibida compensaron cualquier inconveniente. el cocido lebaniego y la tarta de queso casera fueron un verdadero deleite.

El lugar es rústico y acogedor, perfecto para desconectar. La cena no decepciona, aunque el tamaño de la cama te hace sentir como en un acurrucamiento extremo.

El desayunar en una cama de 135 cm es como ir a una guerra de almohadas.